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lunes, 17 de febrero de 2014

Tan agusto

Hace unos días me invitaron a café y tenía la cámara conmigo así que no me pude resistir a sacar algunas fotos de uno de esos lugares que me fascinan, las cocinas de otro tiempo. Esos sitios en los que es una delicia pasar la tarde al calor del fuego con algo caliente y unas rosquillas caseras, no se puede pedir más.

Me gusta que nadie se haya preocupado de reformar algunas de estas cocinas, como aquel lugar del que os hablé aquí,

Curiosa coincidencia la frase de Nietzsche que nos acompañaba esa tarde.



















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