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lunes, 24 de febrero de 2014

Tardes de talleres...elaborando queso

Hemos abierto las puertas del taller para ir poco a poco conociendo el trabajo de diferentes artesanos, es una oportunidad de descubrir a personas que trabajan de otra manera y que mostrándonos su trabajo nos enseñan también una forma diferente de ver las cosas.

Queremos continuar con la experiencia y que podáis acercaros a aprender a hacer pan, jabones, telares, pasta de papel...

Este sábado hemos tenido el placer de disfrutar de la presencia de quesos Ugala, una pequeña quesería artesanal que  nos ha descubierto los secretos que entraña la elaboración de un buen queso.

Con los más pequeños fue como un juego de magia, en el que la leche por obra y gracia de una sorprendente sustancia pasaba del estado líquido al sólido, tachaaaan!

Con los mayores las horas volaron en una experiencia muy enriquecedora en la que descubrimos el juego entre cuajos y fermentos para poder elaborar quesos frescos, requesón, yogures, cuajadas....un montón de cosas muy sencillas de llevar a la práctica.

El taller termina con una cata, en la que seguimos aprendiendo de texturas, sabores y aromas para que sepamos lo que compramos  y ya nunca más "nos la den con queso".



























lunes, 17 de febrero de 2014

Tan agusto

Hace unos días me invitaron a café y tenía la cámara conmigo así que no me pude resistir a sacar algunas fotos de uno de esos lugares que me fascinan, las cocinas de otro tiempo. Esos sitios en los que es una delicia pasar la tarde al calor del fuego con algo caliente y unas rosquillas caseras, no se puede pedir más.

Me gusta que nadie se haya preocupado de reformar algunas de estas cocinas, como aquel lugar del que os hablé aquí,

Curiosa coincidencia la frase de Nietzsche que nos acompañaba esa tarde.



















lunes, 3 de febrero de 2014

Trabajos diminutos

Estos días estoy en el taller con los pequeños pendientes, en esta época preparo muchos para el inicio de la temporada, luego voy reponiendo poco a poco, pero se agradece en época de ferias tener una buena reserva de pendientes porque es una pieza que se vende muy bien y en verano no siempre encuentro tiempo para reponerla.

Es un trabajo muy minucioso que requiere muchos detalles, tengo la impresión de no avanzar, el trabajo va muy despacio y los resultados son tan pequeñitos...

Primero se modelan las piezas, se dejan secar unos días, se lijan, se pintan por grupos de colores, luego vienen los detalles: florecillas, ojos, sonrisas, lunares... otro tiempo de secado, barnizado de protección y engarce de plata, ya están, bueno faltaría colocarlos en sus cartones y pegar  las etiquetas. Son piezas diminutas, pero llevan  el mismo detalle, cariño y dedicación que cualquier otra pieza del taller.

Poco a poco la mesa se llena de colores, de pequeños pendientes terminados, todo un placer empezar a verlos casi listos.