Es un trabajo muy minucioso que requiere muchos detalles, tengo la impresión de no avanzar, el trabajo va muy despacio y los resultados son tan pequeñitos...
Primero se modelan las piezas, se dejan secar unos días, se lijan, se pintan por grupos de colores, luego vienen los detalles: florecillas, ojos, sonrisas, lunares... otro tiempo de secado, barnizado de protección y engarce de plata, ya están, bueno faltaría colocarlos en sus cartones y pegar las etiquetas. Son piezas diminutas, pero llevan el mismo detalle, cariño y dedicación que cualquier otra pieza del taller.
Poco a poco la mesa se llena de colores, de pequeños pendientes terminados, todo un placer empezar a verlos casi listos.
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