Suelen ser días cargados de energía, experiencias, encuentros y conversaciones. El mercado del pasado domingo fue uno de esos días que vienen llenos, ¡mas bien!.
Pudimos comprar el primer queso de la temporada y despedirnos de las últimas manzanas.
Cambiamos unos pendientes por varios paquetes de pasta artesana...
Mónica quería un collar de pez y se lo cambiamos por uno de sus preciosos grabados
Nos regalaron una espléndida coliflor
Y cómo no, muy contenta de comprobar que os encantan las nuevas piezas del taller y que voy a tener que trabajar mucho estos días para tener todo preparado para las ferias de semana santa.
Pero sin duda, lo mejor del día fue poder tomar un café que me debía una amiga y compañera a la que estábamos esperando desde hace seis meses, y por fin, aunque solo por un ratito, la hemos tenido entre nosotros.
Quizá es que las ferias y mercados son, como dice el grabado de Mónica, "Un lugar donde tendernos".
y donde intercambiar recetas de pate de puerros :-D
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